Los expertos parecen tener claro que es de origen neurobiológico. Que en la mayoría de los casos el TDA son hereditarios. Y señalan como posibles causas determinadas complicaciones del embarazo o el parto.
Los síntomas del TDA surgen a principios de la niñez, a menos que estén asociados a algún tipo de lesión cerebral más adelante en la vida.
No se cura, pero existen tratamientos y estrategias que se pueden desarrollar.
El diagnóstico es complicado y solo pueden hacerlo profesionales especializados (neuropediatra, psiquiatras infantiles, etc.). El problema que tiene el TDA es que sus síntomas visibles se pueden confundir con otras muchas cosas como ser alguien más inquieto o movido. Por ejemplo es común confundir que un niñ@ adoptado tenga TDA. Ya que los niñ@s que ha vivido en orfanatos durante sus primeros años, presentan síntomas iguales.
Resumiendo aunque los síntomas de falta de atención, impulsividad es hiperactividad del TDA están presentes en algún grado en la mayoría de los niños, cuando estos síntomas son extremos para la etapa del desarrollo, omnipresentes y persistentes, se justifica un diagnóstico de TDA. Esta categoría de diagnóstico está asociada con un impedimento, significativo en las relaciones familiares, interacciones con los compañeros, logro escolar, etc…
Chadd está buscando soluciones que llevarán a una mejor calidad de vida para niños, adolescentes y adultos.
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