- La evidente falta de interconexión plasmada en las endémicas tasas de fracaso escolar y la escasa o nula implicación de las autoridades educativas.
- La ausencia de la necesaria flexibilidad laboral en las empresas para lograr la conciliación de la vida laboral y familiar. Y por ello, la falta y en algunas ocasiones inexistente implicación por parte de los progenitores para supervisar el proceso madurativo y educativo de sus hijos.
- La falta de hábitos como horarios reglados, adecuada alimentación, motivación a la lectura, etc…
- El elevado número de horas destinadas a ver la televisión. Convirtiéndose así en el fruto de la imagen transmitida por la publicidad y los medios de comunicación que intentan acelerar la llegada de nuevos consumidores y la silenciosa revolución conocida como “Golpe de mano incruento”
- El adelanto e intensificación de los rasgos típicos de la adolescencia (pasotismo, rebeldía, etc…)
- Las sucesivas reformas educativas (LOGSE, LOCE, LOE) y futuras sopas de letras.
- La falta de valoración del esfuerzo personal.
- La falta de la inversión necesaria por parte de la administración en Formación Profesional. En equipar, formar e interconxesionar con empresas punteras. Con el fin de conseguir profesionales que puedan afrontar los retos de la vertiginosa revolución tecnológica de la sociedad virtual y global que vivimos
Es evidente el necesario y urgente pacto educativo entre varios sectores, Asociaciones de Padres, Profesorado y Autoridades Educativas. Para consensuar las mejoras educativas necesarias, para salir de la cola educativa de Europa.
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