CONTADOR

domingo, 13 de mayo de 2012

EL EDUCADOR


Un educador efectivo independientemente del ámbito en el que desarrolle la tarea de educar, debe conocer y comprender las necesidades del ser humano, y para ello hay que estudiar las siguientes dimensiones sin perder de vista la interrelación de cada una, con la realidad y el entorno en el que se desenvuelve cada persona.

*      Dimensión física: el desarrollo físico del cuerpo humano resulta clave para la evolución de otras dimensiones.

*      Dimensión psicológica: tres aspectos fundamentales; la afectividad, personalidad y voluntad.

*      Dimensión cognitiva: inteligencia. Capacidad de conocer, concebir y comprender las cosas, conocer la realidad, comprenderla, representarla y adaptarse a situaciones nuevas.

*      Dimensión social: evolución madurativa necesaria en el individuo, con el fin de dotarle de las actitudes necesarias para la integración en sociedad.

*      Dimensión moral: desarrollar cada una de las dimensiones señaladas de tal forma que podamos llegar a ser quienes queramos ser. Esta aporta el eje de la educación, ya que proporciona el sentido de la acción humana.

*      Dimensión afectiva y volitiva: nos ayudará a querer aquello que la razón nos presenta como bueno y actuar para su logro.

Las características básicas de la evolución de la persona es descubrir sus necesidades concretas, identificar las diferencias individuales, determinar los logros que se pueden esperar de cada persona, determinar las influencias del entorno en el que viven y su nivel de integración y reconocer su biografía, oportunidades de desarrollo y logro de expectativas.

La educación alcanza su significación plena en la comprensión de esos procesos desde la raíz misma de la unidad de la persona. Debemos atender a una educación diferenciadora. Un educador debe saber que la auténtica educación es la que conduce al hombre a la perfección, a su madurez.

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