CONTADOR

jueves, 26 de julio de 2012

COMO FUTURA EDUCADORA...


Introducción

El deseo de educar para una ciudadanía global es la que inspira a la educación para el desarrollo, sustentada en la idea de que el cambio global depende de todas las sociedades. Este cambio supondría que esta ciudadanía,  adopte una actitud respetuosa y comprometida con el medio ambiente, los derechos humanos, la igualdad de género, valores de tolerancia hacia los inmigrantes, la población multicultural de nuestros entornos, y que ha pasado a formar parte de la cultura de la paz y de la solidaridad.

No se puede negar que los procesos de globalización de la economía y la política están incidiendo de manera importante en la mundialización de la cultura; hoy no hay fronteras para el enriquecimiento de la cultura pues las redes del conocimiento han roto todas las barreras que los gobiernos habían establecido como distintivos de la cultura local. Actualmente, no podemos seguir comprendiendo los conceptos de nacionalismo, de nación y de identidad en el marco de paradigmas cerrados y estáticos; hoy se han incorporado, y prácticamente impuesto, conceptos culturales más dinámicos e incluyentes.

Desarrollo



Si pensamos  que esta  nueva sociedad será una organización conscientemente construida y libremente vivida, planetaria, con una gran riqueza colectiva producto del trabajo, la creatividad y la técnica: una democracia total -política, económica y social, podemos inferir que la educación del porvenir será también democrática y total, funcionando en una sociedad educadora, donde trabajo, vida, escuela y recreación serán la misma cosa.

La investigación y la innovación educativas tienen importancia, desde luego, pero sobre todo en el sentido de descubrir deficiencias, criticar el sistema o ensayar opciones futuristas.

En este sentido podemos decir que, aun cuando la educación contemporánea representa un gran avance con respecto a la existente en estructuras sociales del pasado, los sistemas escolares actuales son objeto de numerosas críticas, no necesariamente congruentes entre sí ni aplicables a todos los países.

Ellas se refieren, sobre todo, a que la educación o el sistema educativo vigente:

1.       tiene objetivos que no concuerdan con los de la sociedad.

2.       no siempre produce los profesionales que requiere la economía.

3.       cumple acciones restringidas a sólo una parte de la población.

4.       su orientación es básicamente intelectualista y sobre especializada.

5.       su énfasis está en la escolaridad y en el aislamiento con respecto a la sociedad y la vida.

6.       su principal función es la legitimación de la estratificación social existente.

7.       actúa en forma burocrática, autoritaria y represiva.

8.       el estudiante es pasivo y la acción es unidireccional por parte del maestro.

9.       centra la enseñanza en la información, la memoria, el conformismo y la homogeneidad y no en la crítica, la innovación y la creatividad.

10.   utiliza tecnología muy retrasada en comparación con la industria.

11.   sus costos financieros son elevados y crecientes.

12.   son escasos sus logros en cuanto a desarrollar la conciencia social y el espíritu de solidaridad humana.

Conclusión

La educación del futuro será una superación o negación de la presente: una educación para todos, durante toda la vida, en un ambiente de entera libertad, en donde todos seremos educadores y educandos; formadora de hombres totales y versátiles; abierta a toda técnica y a toda innovación; una educación integral, tolerante de la crítica y de la diversidad, cooperativa y solidaria; una educación sin exámenes ni títulos ni problemas de costos, consciente y voluntariamente realizada, como parte de la vida o como la vida misma.

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